Es casi imposible disfrutar el sabor del coco sin tener una visión quimérica de la arena brillando bajo el sol, el mar convertido en el único camino que tus ojos siguen y la sombra de una palmera bajo la que yaces plácidamente. Probablemente, todo se deba al protagonismo que ejerce sobre los paisajes tropicales más espectaculares del mundo, donde su forma y su color hacen frescos los días más calurosos. La sensación es incomparable. Un soplo de sabores y olores con el que muchos se deleitan y sólo pocos pueden explicar.
Tu paladar siempre termina maravillándose por la aventura que supone disfrutar de un sabor tan puro y que se ha transformado en el sinónimo de los días veraniegos pertenecientes al pasado que conforma tu vida, donde la diversión de compartir con tus amigos mientras practicabas algún deporte playero, era el modo más increíble de disfrutar la juventud. Más memorias asaltan tu mente cuando su sabor en forma de helado reverbera en tu boca. La risa de niños jugando bajo el sol y lo refrescante de una tarde despejada, son el tipo de escenarios a los cuales te transporta, como un sueño que revela todo aquello capaz de convertirte nuevamente en un amante de la diversión.
Puedes sentir la jugosidad de su pulpa, junto con el dulzor natural que lo caracteriza, en cada bocado y descubres el modo en que tu afición por ese sabor con textura de helado cremoso aumenta más y más. Revelar con tu paladar las notas que esconde, es una manera de inspirarte para crear nuevas y satisfactorias experiencias.
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